Con el mismo uniforme. Bajo la misma bandera. II

"Reconozco que si no hubiera sido por el periodismo y los organismos de Derechos Humanos que me ayudaron, no se hubiera logrado lo que se logró"

A 15 AÑOS DEL ASESINATO, HABLA EL PADRE DE OMAR CARRASCO

"Los asesinos ya están libres pero a mi hijo no lo recuperamos más"

El conscripto fue asesinado a golpes en un cuartel de Zapala, en 1994. El crimen provocó el final del Servicio Militar Obligatorio, ocurrido ese mismo año. Hoy su padre maneja un taxi en Neuquén y los condenados salieron de la cárcel.

Por: Osvaldo Ortiz

Se habló tanto en este caso, todos parecían víctimas. Pero pasados los años los condenados por el homicidio salieron libres y pudieron rehacer su vida, ellos tuvieron oportunidad de crecer. Los que encubrieron ni siquiera fueron a juicio. El único que no tuvo ninguna oportunidad fue mi hijo, Omar Carrasco. Los asesinos ya están libres pero a mi hijo no lo recuperamos más".

Francisco Carrasco, de 58 años, sigue siendo un hombre de pocas palabras, que habla sin gesticular. Tímido y humilde, se recuesta en el sillón y cada vez que nombra a Omar, se le humedecen los ojos.

Es que hoy, a 15 años del asesinato (el 6 de marzo de 1994 en el cuartel de Zapala, donde Omar cumplía con el servicio militar obligatorio, que luego se suprimió) Francisco sigue golpeado.

La familia mejoró su situación económica tras ganar un juicio civil al Estado. Entonces emigró de Cutral Có y se radicó en la zona de la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, donde probó varios negocios. Ahora Francisco maneja su taxi, en el que trabaja entre 12 a 14 horas por día. "Es mucho, pero siempre trabajé duro", dice.

Y aunque ya hace años que -con su esposa- dijeron que no volverían a hacer declaraciones, aceptó hablar con Clarín.

¿Lo consuela en algo ver que el caso cambió al Ejército?

"Si, en algo si. Hay pasajeros que me conocen y me dicen que gracias a ese mal momento que pasamos, sus hijos no tienen servicio militar. Claro que no fue sólo un mal momento", afirma y se queda en emocionado silencio.

Pero se recupera y sigue: "Es que estoy muy dolido. A veces me toca llevar a chicos que son soldados. Con ellos hablo y les digo quién soy. Algunos se sorprenden porque no sabían nada; otros me dicen que gracias a Carrasco tienen otro trato y hasta cobran sueldo".

¿Y cuando tiene de pasajeros a oficiales y suboficiales?

"No, con ellos no hablo", responde, tajante. Y dice que no tiene la menor duda de que los condenados por el crimen fueron los que asesinaron a su hijo. "Fueron ellos, no me quedan dudas. Lo lamentable es que tuvieron penas tan bajas y ya están afuera".

"Y fíjese con el caso del encubrimiento -continúa- que ni siquiera habrá juicio. Si el juez (Rubén) Caro, hizo poco en el caso del crimen, menos hicieron los jueces que investigaron el encubrimiento. Por eso me queda esta impotencia".

"Me siento así, porque asesinaron una persona buena que no les dió ninguna razón. No fue una pelea, no fue porque insultó o le faltó el respeto a alguien. Siento impotencia con los militares y los jueces", sentencia Carrasco.

También dice que a veces llega a pensar que hubiera podido tener una oportunidad de salvarlo. "Cuando lo golpearon vino un policía a mi casa, preguntando por Omar y le dije que estaba en Zapala, pero no me dijo que había desaparecido del regimiento. Como Omar era un pibe tan bueno no pensé que estuviera metido en algo malo. Eran las 18 y a la medianoche me fui a trabajar al campo; volví recién para ir a la primera visita al regimiento. Si me hubiera dicho que venía porque no lo encontraban, me hubiera ido a Zapala y tal vez se podía hacer algo".

También tiene grabado cuando fue al cuartel."Me decían que tal vez se salió de la fila, que se debía haber ido con otra familia; ya estaban encubriendo el crimen".

Omar Carrasco se crió con dos hermanas postizas. "Son dos mellizas que ahora tienen 24 años. Son sobrinas pero la madre murió luego que nacieran y siempre estuvieron con nosotros. Una tiene dos hijas, una de 5 y otra de una año y medio", dice Francisco.

¿Esas "nietas" ayudan?."Si ayudan, pero el vacío que dejó Omar no se llena con nada. Es una herida que no cierra y cada vez que uno habla del tema, duele. Por eso no quiero hablar con la prensa, aunque reconozco que si no hubiera sido por el periodismo y los organismos de Derechos Humanos que me ayudaron, no se hubiera logrado lo que se logró", concluyó Francisco, con una tenue sonrisa, como si su carga de dolor le pesara un poco menos.

Fuente: Clarín

Sres. y Sras. de la pereGilada procesista y progenocida ¿no les da ganas pedir perdón? ¿se animarían a mirar a los ojos a los padres del soldado Omar Carrasco y decirles: "perdón por habernos entregado un hijo para servir a la patria y nosotros se lo entregamos asesinado a golpes" ?. Con el mismo uniforme, bajo la misma bandera. Asesinos infames.