domingo, 27 de marzo de 2011

El candidato de los horribles


Desde hace un tiempo el diario Página 12 viene poniendo de manifiesto, o mejor dicho denunciando, el apoyo qué los grupos que conforman el procesismo residual le están dando a un candidato en particular. La pereGilada procesista y progenocida lleva adelante su propio "operativo clamor". Están en campaña. Tienen candidato. Se ofrecen para trabajar en las pre-primarias que pretende el Peronismo Federal, o lo que queda de él.
Muchos de los "herederos de los horribles" lo van a vota tapándose la nariz. Gorilas al fin, el hecho de votar a un candidato que se dice peronista los irrita sobremanera. Pero resulta, que ese candidato que se dice peronista les prometió lo que ellos vienen persiguiendo desde 1983: el que se dice candidato peronista les prometió la IMPUNIDAD. Estos mismos grupos, de los cuales Barlovento es un conspicuo representante, son los que despotrican contra esa "maldita costumbre del peronismo: el clientelismo", "la histórica política clientelar del peronismo". Entendiendo por esta a aquella qué, basándose en la lógica del almacenero, algo da, pero algo pide a cambio.
Pues bien, señores de Barlovento, lo de ustedes es clientelismo en estado puro.
¿Cómo se explica si no, que trogloditas ligados a la marina voten a un peronista?. No hablo en abstracto: Erica Solange Scheller (hija de condenado Raúl Scheller), Lucrecia "Figueroa" Astíz (la hermana del asesino arquetípico, Alfredo Astíz), Oscar Cavallo (padre del capitán Ricardo Cavallo), entre otros, son los que están haciendo campaña activa para Eduardo Duhalde.
Yo me pregunto que metamorfosis afectó a aquellos qué, aún culpando de todos los males del país al peronismo, puedan sentirse, de buenas a primeras, identificados con un candidato que simboliza lo mas rancio del pejotismo ortodoxo del conurbano.
Ojo, a no equivocarse, éstos tipos se dicen "la reserva moral de la nación". Estos tipos son los que reivindican todo lo actuado durante la represión. Estos tipos son son los que consideran a secuestros, torturas, violaciones, asesinatos o a la desaparición forzada de personas, como "excesos y errores". No hay que tenerles miedo, porque apuestan a perdedor. Pero no hay que perderles pisada. En eso estoy.