"El jefe de la unidad de Tigre le dijo entonces a SUAREZ MASON que él tenía razón en recriminarle, pero él se olvidaba que si han tirado más de ocho mil cuerpos al río, cómo reconocer cada uno".
No, no lo dijo Hebe, ni Carlotto, ni un militante de HIJOS, ni Nora Cortiñas, ni Victoria Donda, ni Juan Cabandié, ni Kunkel, ni Bonasso. Lo dijo un militar, un presidente de facto, un represor. Ocho mil cuerpos al río, sólo en Tigre. Y la cuenta se hace tan grande cómo trágica cuando nos preguntamos ¿y cuantos en el Río de la Plata? ¿cuantos en fosas comunes? ¿cuantos sepultados NN ? ¿cuantos al mar?¿cuantos incinerados?. Nadie nunca salió a desmentir las palabras de Lanusse, dicha bajo juramento. Estoy seguro que a los negacionistas les duele la denuncia de la "propia tropa".
El 13 de mayo de 1985, el general Alejandro Agustín Lanusse se presentó a prestar declaración ante el tribunal que juzgaba a las juntas militares. Este militar había sido presidente de facto, había dicho que Perón no volvía porque "no le daba el cuero", había...muchas otras cosas. Pero ese tenía que dar testimonio contra sus camaradas de armas. Tenía que hablar de su prima hermana, Helena Holmberg y del que fuera funcionario de su gobierno, Edgardo Sajón. Ambos desaparecidos pero con historias muy diferentes. Sajón había sido ligado a las finanzas de Montoneros (esa fue la excusa), la segunda, su prima hermana, era "propia tropa", funcionaria de una dictadura que había desidido "prescindir de sus servicios". Todavía con algunos resabios de honor, moral y legalidad, el ex presidente de facto relató las gestiones que realizó ante sus camaradas de armas, algunos compañeros de promoción, otros, en su momento, sus subordinados. He aquí la primera parte de esta imperdible declaración:
Lanusse, Alejandro Agustín (ex presidente de facto de la Nación) -
Juicio a las Juntas, 13-05-1985
Dr. López: Se llama al estrado al Sr. Alejandro Agustín LANUSSE.
Dr. Gil Lavedra: ¿Existe algún motivo o circunstancia que afecte la imparcialidad de su testimonio y le impida decir la verdad?
Lanusse: La última parte de la pregunta me hace pensar de que alguno puede dudar de que yo voy a decir la verdad y hace dos minutos he prestado juramento.
Dr. Gil Lavedra: ¿Conoció Ud. a Edgardo SAJON?
Lanusse: Sí, lo conocí.
Dr. Gil Lavedra: ¿Sabe Ud. si ha sido privado de su libertad?
Lanusse: Sí señor.
Dr. Gil Lavedra: ¿Ha hecho Ud. gestiones tendientes a establecer su paradero?
Lanusse: Como es de dominio público, así es doctor.
Dr. Gil Lavedra: ¿Podría relatar al tribunal general, cuáles han sido esas gestiones circunstanciales y cuál ha sido el resultado?
Lanusse: Podría, pero no quiero exponerme al rigor de mi memoria, me ratifico de todo lo que he dicho en anteriores oportunidades plenamente y creo que lo puedo decir con formalidad y responsabilidad porque lo he dicho ante organismos ofíciales, ya sea tribunales ordinarios de justicia, como ante autoridades nacionales; estoy sí dispuesto a contestar todas las preguntas que se me quieran hacer en aras de mi propósito de ponerme a disposición de la justicia y facilitar su tarea.
Dr. Gil Lavedra: Dígame dónde ha prestado Ud. declaración en relación con este caso con anterioridad.
Lanusse: He prestado declaración; primero manifestaciones públicas, después de tener conversaciones formales y responsables con quienes entonces eran autoridades del Ejército y de la Nación, en el año '77, horas después de la desaparición de Edgardo SAJON, con posterioridad he prestado declaración ante el juez OLIVIERI, también he prestado declaración ante otros dos jueces con motivo de las querellas que me presentaran el Gral. CAMPS y el Crio. Gral. ETCHECOLATZ, también en diciembre del '77 fui sancionado por el comandante en jefe; en agosto del '76 ya fui sancionado por el comandante en jefe, aunque no tiene relación con el caso, sí tiene relación con mi permanente repudio a los procedimientos entonces llamados por izquierda, fue con motivo de una extraña y absurda manifestación pública del Gral. Adel VILAS en Bahía Blanca, que cuestionaba el honor, la integridad moral de un ex colaborador mío, el Dr. MALEC, eso me implicó una sanción de parte del Presidente y comandante en jefe del Ejército; posteriormente en diciembre del '77, recibí otra sanción del comandante en jefe del Ejército, previa una intervención de un Tribunal Superior de Honor que no me sancionó ese Tribunal de Honor, pero sí me sancionó el comandante en jefe del Ejército; posteriormente en agosto del '84 y en noviembre del '84, he vuelto a recibir sanciones después de prestar amplia y total declaración delante de Tribunales de Honor del Ejército.
Dr. Gil Lavedra: Gral. ¿podría aclarar al Tribunal qué es lo que Ud. entiende con la expresión que Ud. ha utilizado de "procedimientos por izquierda"?
Lanusse: Los así llamados procedimientos por izquierda no es una expresión que yo haya inventado, a mí me resulta Dr. muy reconfortante, muy positivo ver que hoy hay tantas personalidades entre las cuales los incluyo a Uds., están preocupados por los procedimientos habidos en el país años atrás, pero también es cierto que hoy están preocupados, que hoy es común y hasta diría si Ud. me permite una expresión muy ortodoxa que está de moda, manifestarse fastidiado, enervado por los abusos cometidos, pero quién ignora los abusos cometidos, me pregunto si hay alguien que pueda ignorar la acepción de la palabra o el término ése utilizado por "procedimientos por izquierda"... Pero no obstante eso, le voy a contestar, Dr., así se dio en llamar como todos sabemos, creo que a nadie de los presentes puede excluir de ese conocimiento, a los procedimientos que estaban al margen de la ley y de las disposiciones legales vigentes. Procedimientos en la clandestinidad.
Dr. GIL Lavedra: General, ¿podría usted con lo que su memoria le permita, manifestar al Tribunal con quiénes mantuvo aunque sea escuetamente entrevistas en relación con el caso SAJON y cuál fue el contenido de estas entrevistas?
Lanusse: Podría hacerlo muy largo, no sé a qué parte de las personas o a qué sector de las personas con quien yo he hablado a ustedes les interesa, si se refieren a las autoridades o a todas las personas que hablaron conmigo con motivo de este tema.
Dr. GIL Lavedra: Especialmente las autoridades.
Lanusse: El presidente entonces de la República, el general VIDELA, con el comandante en jefe de la Armada, almirante MASSERA, con el gobernador de la provincia de Bs. As. Gral. SAINT JEAN, con el general VIOLA.
Dr. GIL Lavedra: ¿Podría explicar al Tribunal cuál fue el contenido de estas entrevistas?Lanusse: Era un vehemente y permanente requerimiento de que me dieran información sobre qué había pasado con Edgardo SAJON, el primer contacto lo tuve el mismo día, primero de abril del año '77, que me permitiría hablar por teléfono a la casa de Gobierno con el general VIDELA, le manifesté lo que ya era de conocimiento y el temor que tenía, que ya fuera una realidad la desaparición así entre comillas, de Edgardo SAJON, me ofrecí a acompañar a la Sra. de SAJON al Comando del primer cuerpo de Ejército porque tenía conocimiento de que todas las actividades que se realizaban, tanto policiales como por efectivos militares, eran todas subordinadas al comandante del primer cuerpo de Ejército, en esa oportunidad, el general VIDELA. Rápidamente, cosa no característica en él, me contestó que por favor no fuera yo al primer cuerpo de Ejército, que dejara el tema en sus manos, dos días después, al recibirme en su residencia de Campo de Mayo, me explicó el porqué de eso, porque él pensó que la desaparición de SAJON pudiese tener relaciones con un procedimiento clandestino, de esos que se llamaban por izquierda, Dr., que se estaba realizando nada más en 30 días, en el ámbito de la provincia de Bs. As. bajo la responsabilidad del Gral. SUAREZ MASON, del gobernador de la Pcia. Gral. SAINT JEAN y del jefe de la Policía Gral. CAMPS, ese procedimiento estaba vinculado con las investigaciones que se hacían sobre el llamado Grupo GRAIVER, como no me resultaba del todo claro por qué se me... parecía a VIDELA conveniente que yo no fuese, él me dio a entender que era preferible que yo no me metiera en un procedimiento de esas características. Tuve ratificación de ese procedimiento clandestino, al conversar el día lunes 4 de abril con el almirante MASSERA, a su pedido MASSERA me dijo que ese procedimiento se había hecho con conocimiento y autorización de la Junta, a pesar de que él no estaba muy convencido de su resultado, de los resultados que daría como positivos o negativos.
Dr. Gil Lavedra: ¿A qué procedimiento concreto se refiere?
Lanusse: Lo que ya acabo de decir hace dos minutos, al procedimiento clandestino que se hiciera en el ámbito de la Pcia. de Bs. As. en relación con el grupo GRAIVER.
Dr. Gil Lavedra: General, ¿mantuvo usted alguna entrevista con el jefe del Estado Mayor del Ejército?
Lanusse: Sí señor, primero el día 4, él me llamó por teléfono; lunes 4 a la mañana, y el día 26 de abril, el día 25 me llamó de nuevo por teléfono a mi casa para invitarme a tomar un café con él, al día siguiente en su despacho conversé con él, conversé como lo he hecho siempre con ellos, sin ninguna limitación, creía que mi jerarquía en el Ejército me permitía proceder así con ellos, más en el caso del Gral. VIOLA, que entones tenía menor jerarquía que la mía.
Dr. Gil Lavedra: ¿Qué le manifestó el Gral. VIOLA en esa oportunidad?
Lanusse: Le pedí al Gral. VIOLA, antes de que yo entrase, no sé si emplear la palabra formular cargos, pero sí transmitirle las impresiones, que casi podría decir convicciones que tenía, de la culpabilidad en este procedimiento de los Grales. SUAREZ MASON, SAINT JEAN y coronel CAMPS, le pedí que los llamara porque deseaba seguir hablando en presencia de ellos, prefirió no hacerlo.
Dr. Gil Lavedra: ¿Tuvo usted alguna entrevista con el Gral. VIDELA, posteriormente de la ya relatada?
Lanusse: Con el Gral. VIDELA tuve entrevistas en reiteradas oportunidades con motivo de los procedimientos, digamos judiciales o Tribunales de Honor, a que fui sometido. Tuve con anterioridad y vuelvo a decir que no con estrecha relación del caso SAJON, entrevista con el Gral. VIDELA. Después de cumplir el arresto que me impusiera en agosto del '76 allí le hice saber mi criterio respecto de los procedimientos que se realizaron en el Ejército, con oficiales encapuchados y todos o muchos de ellos al margen de la ley.
Dr. Gil Lavedra: ¿Y qué le contestó?
Lanusse: Que las órdenes estaban escritas, y concretas y no incluidas en esas cosas, yo le digo, usted a mí no me puede decir que ignora lo que sucede.
Dr. Gil Lavedra: Ud. envió un telegrama público.
Lanusse: Sí señor.
Dr. Gil Lavedra: ¿El 7 de abril del año '77?
Lanusse: Sí señor, ante el cúmulo de noticias ligeras; algunas no creo que fueran espontáneas de los propios periodistas, así en términos generales, sino de algunos centros que generaban ese tipo de versiones intencionadas, particularmente en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, en una agencia de noticias que creo se llamaba Prensa Argentina, que en un momento dirigió un señor Nores BORDEROY, y que después quedó a cargo otro llamado ACUÑA, y que particularmente recogía con mucha amplitud, prolijidad y oportunidad al diario Nueva Provincia. Con motivo de eso mandé un telegrama, y de las versiones referidas a mis intensas actividades de esos días para descubrir dónde estaba SAJON, cómo había desaparecido y en manos de quién había sido; entonces me pareció conveniente dirigir por telegrama público a personas de mi vinculación que estaban en el interior del país --dos de ellas son ofíciales del Ejército y las otras dos parientes míos, un hijo y ya no recuerdo la cuarta---. El hecho que ese texto lo recibió un sobrino mío, el hoy capitán Lanusse, por cuestiones a lo mejor de falta de experiencia de él o por otra razón, llegó a ser transcripto en un periódico. Esto también significó una sanción para el capitán LANUSSE. El texto de ese telegrama es que no aceptaba que alguien pudiera poner en duda la integridad moral de Edgardo SAJON, y mucho menos que lo hiciera con el cobarde procedimiento de no dar la cara con abusos de fuerza y con los llamados procedimientos por izquierda; esto, palabras más o menos, pero tengo en mi poder, no aquí el texto del telegrama, con los recibos del correo correspondiente.
Dr. Gil Lavedra: ¿Supo Gral., si Horacio RODRIGUEZ LARRETA fue privado de su libertad?
Lanusse: Lo supe y lo manifesté a las autoridades, así como de otras personas entre las cuales incluyo al doctor Miguel ANCHORENA, de quien conocía a su señora desde que era una niña; hablé por teléfono el día 3 de abril y me dijo que sí, que su marido había sido secuestrado; me dijo cómo habían sido los detalles de los últimos momentos en que lo vio, y con sorpresa dos o tres días después vi o leí que el doctor Miguel ANCHORENA negaba que hubiera sido secuestrado; muchas personas que les ocurrieron hechos semejantes negaron después haber sido secuestradas, cuando sí lo estuvieron y en ambientes militares.
Dr. GIL Lavedra: ¿Usted conocía el motivo por el cual fueron privados de su libertad?
Lanusse: Entiendo que lo fueron todos por la misma causa, Dr.. Todos porque se los suponía, y así es lo que dicen los diarios de entonces, porque se los suponía con vinculación del llamado grupo GRAIVER. Dr. me voy a permitir, si usted me acepta, recordarle a todos los presentes que es la segunda vez que yo vengo a esta sala, la primera vez vine como procesado, hoy vengo como testigo, creo que si le llaman en términos técnicos, vine procesado por la causa ALUAR, pero tengo sobrados motivos para que ese episodio judicial, y que yo viví como procesado, no está desvinculado con la causa que hoy motiva la investigación de ustedes, Ni tampoco estuvieron desvinculados mi detención y mi procesamiento con lo que se hizo con SAJON entonces.
Dr. Gil Lavedra: ¿Tiene usted alguna circunstancia que permita vincular ambos episodios?
Lanusse: No sólo la tengo yo; hay constancias de los anormales procedimientos, del entonces juez MARQUARDT para disponer mi prisión y hay constancias en la sentencia que dicta la Cámara al determinar nuestra excarcelación. (... ) Ya con anterioridad a la desaparición de SAJON hacían saber que las investigaciones relacionadas con este señor GRAIVER, tenían un deliberado motivo político, el objetivo se llamaba Alejandro LANUSSE. Los que fueron entonces detenidos por el caso GRAIVER, incluyendo a periodistas, todos fueron juzgados y todos fueron declarados inocentes de los cargos que se les formulaban, hasta creo que hubo una resolución de la Corte Suprema de Justicia que así lo dispuso, pero a Edgardo SAJON no se le dio oportunidad de ser juzgado ni de defenderse contra las acusaciones, se optó por eliminarlo, por hacerlo desaparecer.
Dr. Gil Lavedra: ¿A las autoridades que usted entrevistó les hizo presente su conocimiento de que la desaparición de SAJON podría estar vinculada con el caso GRAIVER?
Lanusse: A todos sin excepción, pero además me lo dijo primero a mí el general Jorge Rafael VIDELA.Dr. Gil Lavedra: ¿Conocía usted a Elena Angélica HOLMBERG?
Lanusse: Elena HOLMBERG es prima hermana mía; podría contestar que la conocí desde que nació; su madre era hermana de mi padre.
Dr. Gil Lavedra: ¿Conoce Ud. si fue privada de su libertad?Lanusse: Como todos los argentinos que hemos tratado de ser responsables de lo que iba aconteciendo en el país, más allá de las capacidades que tenían para incidir en la suerte de los acontecimientos.
Dr. Gil Lavedra: ¿Conoce Ud. las circunstancias en que ello ocurrió?
Lanusse: Le debo recordar algo que a lo mejor no llegó al conocimiento de todos; ella desapareció, si mal no recuerdo, el 20 de diciembre del año '78; ahora yo he venido por el caso SAJON y usted me lleva al caso HOLMBERG; igual estoy a disposición de la justicia.
Dr. Gil Lavedra: Usted ha sido citado como testigo.
Lanusse: Aproximadamente creo que fue el 11 de enero; a mí me llegaron versiones que había aparecido el cadáver de Elena HOLMBERG; tomé contacto con el jefe de Policía, general OJEDA, que me confirmó que era cierto; tomé contacto con los familiares... Terminé encontrándome en el cementerio de Benavídez, permítame la expresión no muy formal... con mi amigo el juez MARQUARDT, y con mi primo hermano, el teniente coronel retirado Enrique HOLMBERG. Fui acompañado con dos hijos de Enrique HOLMBERG y con la custodia policial que ya tenía, y una patrulla o un móvil de la policía de la Pcia. de Bs. As., que nos alumbraba con los faros del automóvil. Desenterramos los restos de una persona; de entrada el doctor Enrique HOLMBERG, hermano de la desaparecida, me manifestó que le parecía extraño que pudieran ser los de su hermana por el tamaño de los huesos; esa noche, del cementerio de Benavídez nos fuimos al hospital de Tigre, aunque las primeras revisaciones las hicieron en la morgue de Buenos Aires. Finalmente se llegó a la conclusión que esos restos no eran de Elena HOLMBERG, allí, el hermano, Enrique HOLMBERG, me dijo que había arreglado con SUAREZ MASON, que habían sido amigos y compañeros durante el exilio, para que lo acompañara a la mañana siguiente a la Unidad Regional de Tigre; lamenté que ya se hubiera comprometido a hacer eso, pero le dije que fuera. Después me comentó su experiencia; cuando llegan a la Unidad de Tigre, donde SUAREZ MASON empieza a recriminarle al comisario de ahí, con la torpeza en que habían incurrido porque los restos de Elena se encontraban en un río de Tigre, esto lo dijo apenas 48 horas después que había desaparecido y nadie sabía nada.
Dr. Gil Lavedra: Pudo...
Lanusse: Después aparece un cuerpo en el río, con un anillo de sello de oro que tenía las iniciales E.H... y a la pobre gente de la policía no se les ocurrió que podían tener algo que ver. Entonces SUAREZ MASON le recrimina esa torpeza a la policía; el jefe de la unidad le respondió a SUAREZ MASON que había una contradicción en el sumario...
Dr. Gil Lavedra: Hubo...
Lanusse: El jefe de la unidad de Tigre le dijo entonces a SUAREZ MASON que él tenía razón en recriminarle, pero él se olvidaba que si han tirado más de ocho mil cuerpos al río, cómo reconocer cada uno.