lunes, 1 de marzo de 2010

Soretonto Acosta






"Sos la escoria remanyada que esgunfiás con tu presencia / de chitrulo sin carpeta, residuo del arrabal / tus hazañas de malevo al cuaderno de la ausencia / con el lápiz del recuerdo te las voy a enumerar". Busqué una descripción pertinente a éste integrante de la "valiente muchachada de la armada" y cómo en muchas otras ocasiones, el tango, en este caso "Farabute", lo pinta de cuerpo entero. Escoria remanyada, éste "soldado de la patria" era valiente sólo en el interior de la patota; lo era sólo cuando la impunidad estaba institucionalizada; lo era a la hora de secuestrar, torturar, violar, saquear vidas y bienes; lo era a la hora del "traslado", es decir, de asesinar.
Este "valiente" se siente intimidado por los aplausos que suscita ese "arma de guerra" que es la Carta Abierta a la Junta Militar, de Rodolfo Walsh. Todavía le tiene miedo. La inmensa figura de Rodolfo Walsh lo aplasta, lo perturba.
Este "valiente", al igual que otros impresentables de igual laya, dice que la "guerra" sigue. Y cómo la guerra sigue, define a un enemigo diverso, heterodoxo. No sólo le teme a la figura del inmortal Rodolfo. También le teme a quién sobrevivió al horror para contarlo; también le teme a la que fuera una niña robada a padres luego asesinados; y le teme al artista, al que le hubiera gustado tener entre sus manos cuando ésta escoria remanyada se creía amo de la vida y de la muerte.



Acosta es, apenas, la cara repugnante y visible de la pereGila procesista y progenocida. Comparten ideología y discurso. Describe "contextos", "situaciones", "momentos históricos"; argumenta con los número en la mano "no fueron 15.000, Walsh, miente, habrán sido apenas 9.000". Estos soretes admiten la desaparición forzada de personas e intentan una justificación que no les alcanza para espantar los fantasmas (y la justicia) que los persiguen.
No, muchachos. No, no y no. No "Vamos, por suerte, a una definitiva reconcialición.
Por un país sin presos políticos para el Bicentenario!!!!".
No se ilusionen muchachos, ni lo uno ni lo otro. No habrá reconciliación por que no la queremos y sí habrá presos, no políticos porque no los son; sí comunes, porqué eso sí los son.
Para los asesinos del pueblo la "la guerra no terminó" y tan es así, que tienen definido al enemigo, lo tienen marcado, lo tienen "colimado" (como le gusta decir a cacho de carne con ojos y director del tan berreta cómo extinto pasquín procesista) el enemigo es la víctima de otrora y el artista de hoy. Para los horrible y sus cómplice, el enemigo somos todos.



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