Es un lugar común de la pereGilada progenocida y procesista, un slogan, un latiguillo, casi una frase hecha "en la argentina se peleó una guerra interna contra un enemigo que no usaba uniforme, un enemigo mimítico que se disimulaba entre la gente común...". Con ese argumento flaco, flojo, inconsistente los herederos de los horribles intentan justifica lo injustificable: secuestro, tortura, violación, apropiación de menores, saqueo, asesinato, desaparición forzada de personas y otras "heroicidades" cometidas por los "valerosos soldados". Ese "enemigo mimético" que según la pereGilada no usaba uniforme componía la masa de los "desaparecibles". Claro, esto según el grueso de la pereGilada progenocida procesista que se acurrucada hoy bajo el ala de los fascistas que intentan, infructuosamente, imponer esa versión inmoralmente justificadora del crímen que se conoce cómo la teoría de los dos demonios.
Pero cómo antes dijimos, la pereGilada tiene argumentos flacos. El general Ibérico Saint Jean, gobernador gobernador de la Provincia de Buenos Aires durante el PRN, dijo: " Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después... a sus simpatizantes, enseguida... a aquellos que permanecen indiferentes, y finalmente mataremos a los tímidos". Esto lo dijo en mayo de 1977. El universo de los "desaparecibles" se amplia, se hace tan amplio que es imposible quedar afuera de él. Pero es aún más amplio si tomamos en cuenta los casi doscientos uniformados desaparecidos o asesinados por la dictadura genocida. El mismísimo 24 de marzo de 1976, a horas de iniciado en golpe, el mayor Bernardo Alberte fue arrojado por la ventana de su departamento en un sexto piso, horas antes había escrito una carta dirigida a Videla, que entre otras cosas denunciaba:
"Es que los argentinos tenemos una ingrata experiencia acumulada en este siglo. Cuando con el argumento siempre esgrimido y ahora repetido, de la necesidad de defender “un estilo de vida”, nuestro estilo de vida, el Ejercito protagonizo como represor la historia de la “Patagonia trágica” y los obreros lo hicieron como mártires; cuando desde aviones navales con tripulación también de políticos se bombardeo al Pueblo en la Plaza de Mayo; cuando se fusilo en la Penitenciaria Nacional; en José León Suárez y en Campo de Mayo; cuando se fusilo en Trelew; cuando militares intervinieron en la profanación del cadáver de Evita, cuando el Ejercito en un gran operativo pretendió impedir el reencuentro del Pueblo con su líder; cuando representantes de las tres armas concurren a convocatorias de lo mas representativo de las empresas “lideres” y lo mas rancio de los terratenientes y ganaderos, para considerar la situación económica nacional y formular criticas al gobierno, sin asumir las propias, etc., la preocupación se apodera de los sectores populares, especialmente cuando se anuncia que el Ejercito intervendrá en la “subversión en las fabricas”, lugar de trabajo de nuestros obreros y nada se dice de hacerlo en las empresas, lugar de expoliación del país y del patrimonio nacional.-"
¿Era Alberte parte de ese "enemigo mimético que no usaba uniforme y que se confundía entre la población en general"?¿que "trabajo de inteligencia" (casi instantáneo, si tenemos en cuenta que lo mataron el mismo día del golpe) reveló que Alberte era el enemigo ?. Alberte conocía a sus asesinos y ellos lo conocían. Seguramente habrían compartido destino, cenas de camaradería, maniobras y cualquier otra actividad castrense. ¿Será que Alberte en su famosa carta habría previsto y adelantado la noche mas larga y negra que nos tocó vivir como sociedad?. Sí, alberte sabía de lo que serían capaces esos uniformados que no componían ya el ejercito al que él había servido. Totalmente alineados (y entrenados, e incentivados) con el departamento de Estado norteamericano y con manual de tortura de los franceses en Argelia, salieron , vaya paradoja, a "defender al país de la suvbersión apoyada desde el exterior" e ironicamente una de sus primeras víctimas fue un oficial del ejercito argentino.
Uno de sus asesinos es el general Oscar E. Guerrero (el que está en primer plano en la foto de la derecha), este personaje fue el titular del nefasto sitio "ladecadadel70", un verdadero pozo negro donde convergía toda la mierda reivindicadora de la represión ilegal.
"Dos generales retirados, que ocuparon puestos de relevancia en la División Inteligencia y Operaciones del Estado Mayor General del Ejército cuando el golpe del 24 de marzo de 1976, fueron denunciados ante la Justicia como responsables del asesinato del entonces teniente coronel, hoy coronel, Bernardo Alberte, ex delegado de Juan Domingo Perón. Se trata de Jorge O'Higgins, ex jefe de inteligencia del Estado Mayor, y de Oscar Guerrero, que fue jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en 1980..."
"(...)Alberte fue asesinado apenas unas horas después del estallido del golpe, cuando un grupo del Ejército arrasó con su departamento de la Avenida del Libertador al 1100 y arrojó al militar por la ventana del sexto piso, frente a su mujer y a su hija. Luego saquearon el departamento y huyeron. Guerrero fue reconocido en fotos por dos testigos del asesinato de Alberte como uno de los miembros del grupo que ingresó a la casa del militar.La denuncia ante el juez Rafecas revela que un paquete con documentos que O'Higgins tiró a la basura en los años 80, fue recogido por una persona que, veinte años después, lo acercó a Alberte y a su abogado, Ramón Torres Molina, quien no reveló al juez el nombre del testigo. Tampoco lo hizo ante Clarín, amparado en el secreto profesional".(Clarín, 26 de marzo de 2007).
Militares argentinos matando civiles argentinos, militares argentinos matando militares argentinos. La muerte es el denominador común. Ni guerra, ni enemigo mimetizado, ni error, ni exceso; sólo lo que tan descarnada cómo lucidamente describiera Julio Cortazar, esa "voluntad de exterminación que ya nada tiene que ver con la lucha abierta y así en cambio con el aprovechamiento de la fuerza bruta, del anonimato y de las peores tendencias humanas convertidas en el placer de la tortura y de la vejación a seres indefensos".
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