Es cierto, el 28 de junio perdió el kirchnerismo. Pero ganó nadie.
Las esperanzas de "pacificación", "memoria completa" y/o "reconciliación" que el resultado electoral había despertado en la pereGilada procesista y progenocida duró lo que un pedo en una canasta.
Ni siquiera sobrevivió la opción dos: "juicios para todos".
Nada de eso fue, nada de eso es, nada de eso será.
Los herederos de los horribles, como pretendido sujeto colectivo, llegaron a la decadencia sin haber alcanzado nunca el esplendor. Basta con leer alguna de las editoriales, reflexiones, columnas de opinión y otras cloacas vociferantes de esta mierda evacuada por personajes patéticos qué, a falta de armas, portan "chapa de charlatán".
El primero de ellos es el facho consagrado, Mariano Grondona y su imperdible columna del último domingo en el diario La Nación. En ella, llora a moco tendido por la "injusta" identificación de la derecha argentina con la ideología nazi o fascista. Pero lo que más le duele a éste golpista militante es el hecho de qué esa situación esté lejos de revertirse.
El otro jetón lloriqueante es Nani, el autoelevado a la categoría de héroe y emulo devaluado de Millán de Astray "se arrepiente". Se arrepiente de, siempre según él, haber sido un "soldado que luchó contra la subversión" primero, y contra "el enemigo inglés en Malvinas".
En su verba lacrimógena y plañidera le reprocha a "los argentinos" su condición de apáticos, amnésicos y desagradecidos. No se pregunta el porqué de ésta situación. Y se arrepiente de todo...de todo menos de los "excesos y errores" que cometieron sus cómplices de armas durante el Proceso.
El tercer soldadito de plástico moqueante es el inefable "brigadier" Simari (infiero, por la edad que acusa, que su único "acto de servicio" habrá sido el bombardeo a Plaza de Mayo) qué a falta de prosa propia hace circular un anónimo que naufraga entre la autoincrimininación, la teoría de los dos demonios, la pretendida denuncia, la aceptación de los cargos, el reproche liso y llano para terminar ahogándose en un mar de lágrimas, sangre y hiel. No se bancan no tener su parque de la memoria; no se bancan no tener sus juicios, no se bancan no tener sus canciones, sus películas, sus libros y sus obras de arte, no se bancan no tener su lugar en el reconocimiento de un pueblo que merecidamente los desprecia.
Leo y releo. Y me alegro, lo disfruto.
Gozo inmensamente con su desazón.
Es inmensa la satisfacción que me causa ver lejos, muy lejos de la voluntad política algo que huela a indulto o amnistía. Y cuanto más me satisface saber que el año 2010 transcurrirá pletórico de juicios y condenas. Mi placer es directamente proporcional a su indignación.
Sería bueno que los herederos de los horribles que componen éste procesismo residual, entiendan de una vez que si todavía no están dadas las condiciones para una justicia que juzgue y castigue a TODOS y a cada uno de los horribles y sus cómplices civiles, menos aún lo están para el olvido y la resignación.
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